ESTRATEGIAS DE MADRUGADA
Son mis caricias pasos silentes
sobre tu horizonte delicado:
hilvano destinos,
acerco la tierra
de nuestros cuerpos velados bajo
esta misma noche
que nos arropa, como travieso
testigo de tu desnudez lenta,
me dejo llevar
por el reflejo de mi sombría
codicia de luz:
para el beso son,
mis huellas efímeras, luciérnagas
que no esperas.
El rumor de las sábanas rompe
el aire, avisa de las rutas
crestadas, de los caminos llanos,
de los barrancos inaccesibles,
los secretos
callejones que ahora alcanzo
como vagabundo
gato trepando al fondo tapias:
te recorro, cómplice
de tan imprecisa
táctica para ganar tus labios,
para acabar tu desnudo mientras
duermes, para así llenar de amor
un deseo más, roto por el sueño.
A estas horas
sé que sólo esperabas de mí
otra estrategia aún más sencilla
para amarte.
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