jueves, 19 de mayo de 2011

RECORDANDO: VISITA DE CARLOS ALCORTA AL AULA DE POESIA DE LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

CARLOS ALCORTA



El pasado miércoles, 11 de mayo de 2011, el poeta Carlos Alcorta leyó en el Aula de Poesía de la Universitat de València, que coordina Begoña Pozo.

Pocos poetas adquieren el rango de emocionantes e intensos en todas sus obras: este privilegio está reservado a los dotados de una voz poética que no sólo te vence en su tono y su mundo, sino que, además, te convence con su expresión. Porque una poesía teñida de realidad no es una poesía desposeída de intensidad retórica, sino de retoricismo: sus poemas destilan profundidad de pensamiento y furor emocional, como arrastrado por una voz que no deja llevarse ni por el éxtasis ni por la meditación distante. Es, en síntesis, perfecta sincronía de aquello que llamamos “poesía en carne viva”, donde la herida de la vida muestra el sometimiento al que está abocado el ser humano: la permanente renuncia que todo camino existencial exige.  

Baste decir que la intensidad de sus poemas sorprende al lector, no desde el ingenioso juego de vocablos, sonidos, ritmos o mecanismos de arquitectura poética: le sirve dejar claro al confidente que al otro lado del libro se tensa leyendo, que todo lo que aquí escrito es el destello de un tiempo que ha pasado por el pulimento del lenguaje. 
Y es en la lucha por querer descifrar la complejidad de la vida, la íntima y la social, donde sus versos tejen su trama, se incardinan y se cruzan hasta formar el tejido de su propio traje lírico.

Tuvimos la oportunidad de disfrutar de su presencia, de oír sus poemas desprendidos de su propia voz: hizo que la tarde se colmara de poesía.

Aquí os dejo uno de sus poemas:


Hurté palabras aisladas que oía
como en sueños, a una voz irascible
y reincidente- ¿Era, tal vez, mi propia
voz que regresaba del otro lado
o fue, quizá, tu boca, tan extraña
que parece mía, quien pronunció
las amenazas? No puedo saberlo.
Sólo sé que a favor del viento icé
las velas y navegué por un mar
de alcohol y verano hacia un confuso
destino cuya imagen
errónea y fugaz favorecía
la sutil permanencia del deseo.

                                   (de Trama, Madrid. Editorial Algaida, 2003)

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